Riesgos y Beneficios de la Dieta BARF en Perros y Gatos: ¿Es Realmente Saludable?

La alimentación de nuestras mascotas es un tema de creciente interés para dueños preocupados por su bienestar. En este contexto, la dieta BARF (Biologically Appropriate Raw Food) ha ganado popularidad como una alternativa natural y saludable para perros y gatos. Sin embargo, ¿es realmente segura? A continuación, exploramos los beneficios y riesgos de este tipo de alimentación con base en la opinión de expertos en la materia.

¿Qué es la dieta BARF?

La dieta BARF consiste en alimentar a perros y gatos con productos crudos, buscando imitar la dieta de sus ancestros salvajes. Sus defensores afirman que ambas especies son carnívoras y, por lo tanto, deben consumir una dieta rica en proteínas y lípidos, compuesta aproximadamente por un 60-80% de carne, huesos, vísceras, huevos y productos lácteos, y un 20-40% de frutas y vegetales.

Se promociona como una forma de mejorar la salud general de los animales, argumentando beneficios como:

  • Mejora en el pelaje y la piel
  • Reducción del mal aliento y mejora en la salud dental
  • Facilitación de la digestión
  • Mayor nivel de energía
  • Disminución de enfermedades como alergias, artritis, pancreatitis y parasitismo

No obstante, estos beneficios no cuentan con estudios científicos que los respalden, lo que genera incertidumbre dentro de la comunidad veterinaria.

Riesgos de la dieta BARF según expertos

David Rodríguez, médico veterinario especialista en Nutrición y Gastroenterología y vocero del Colegio Médico Veterinario de Chile (Colmevet), advierte sobre los peligros potenciales de alimentar a perros y gatos exclusivamente con carne cruda. Algunos de los principales riesgos incluyen:

1. Presencia de bacterias y parásitos

La carne cruda puede estar contaminada con bacterias y parásitos perjudiciales, no solo para las mascotas, sino también para sus dueños. Entre los organismos más comunes se encuentran:

  • Neosporum caninum
  • Toxoplasma gondii
  • Taenia hydatigena y Taenia parvum
  • Giardia
  • Echinococcus granulosus y multilocularis

En Europa, se han reportado casos de gatos contaminados con Mycobacterium bovis, bacteria causante de la tuberculosis. Asimismo, en Nueva Zelanda, un estudio de 2017 reveló que un 22% de los alimentos crudos para mascotas basados en pollo presentaban otro tipo de bacteria peligrosa.

2. Riesgo de transmisión de enfermedades a humanos

Los dueños de mascotas también pueden verse afectados por los patógenos presentes en la carne cruda. La Escherichia coli, por ejemplo, puede transferirse entre perros y humanos. Las vías de infección incluyen:

  • Contacto con la carne cruda durante su preparación
  • Contacto directo con la mascota (lamidos, caricias, etc.)
  • Manipulación de heces contaminadas

3. Riesgo asociado al consumo de huesos

Uno de los pilares de la dieta BARF es el consumo de huesos, sin embargo, el Dr. Rodríguez señala que estos pueden causar obstrucciones o perforaciones en el esófago, estómago, intestino delgado o colon. Aunque los defensores de esta dieta afirman que los huesos crudos son más seguros que los cocidos, no hay evidencia científica que lo respalde.

4. Falta de evidencia científica

Uno de los mayores problemas con la dieta BARF es la ausencia de estudios rigurosos que evalúuen sus riesgos y beneficios a largo plazo. La mayor parte de la información disponible proviene de estudios de baja calidad, lo que dificulta obtener conclusiones definitivas.

¿Existe una dieta ideal para las mascotas?

Rodríguez enfatiza que no todas las mascotas responden de la misma manera a una dieta cruda. “Si el paciente no tolera o le causa malestar, no es la dieta adecuada”, asegura el especialista. Según el experto, una alimentación equilibrada debe contener más de 50 nutrientes esenciales, incluyendo aminoácidos, ácidos grasos, vitaminas y minerales. Aunque los carbohidratos no son esenciales para perros y gatos, pueden desempeñar un rol importante en ciertos procesos metabólicos.

Por esta razón, el especialista recomienda que cualquier mascota alimentada con una dieta casera o cruda sea sometida a exámenes médicos regulares que incluyan:

  • Examen físico anual
  • Análisis bioquímicos en suero
  • Análisis hematológico
  • Análisis de orina

Estos controles permiten detectar y prevenir enfermedades nutricionales que podrían manifestarse con síntomas similares a enfermedades crónicas.

Si bien la dieta BARF ha ganado popularidad por su enfoque natural, es fundamental conocer los riesgos asociados antes de adoptarla. La falta de evidencia científica sobre sus beneficios y los peligros potenciales, como la contaminación bacteriana, las enfermedades zoonóticas y los problemas derivados del consumo de huesos, hacen que esta alimentación no sea recomendada por muchos veterinarios.

Como dueños responsables, lo mejor es consultar con un especialista antes de cambiar la dieta de nuestras mascotas. Una alimentación balanceada, basada en la evidencia científica y personalizada según las necesidades de cada animal, será siempre la mejor opción para garantizar su salud y bienestar.